Desarrollar la sensibilidad para evitar la ansiedad implica cultivar una mayor conciencia y comprensión de nuestras emociones, pensamientos y reacciones corporales. La ansiedad normalmente nos “acoraza”, dejándonos sólo atentos a los pensamientos negativos de miedo, preocupación o angustia. Pero todos tenemos ese don, el don de ser sensibles y sensitivos, del que nos hemos ido desconectando a lo largo de la vida (porque lo importante era sacar buenas notas, trabajar, rendir, y quizá eso fue adaptativo pero ahora si tienes estrés o ansiedad o tu estado de ánimo está como una montaña rusa, ¡¡utiliza esa capacidad olvidada!!
Al cerebro no le conviene sentir el dolor si tienes que estar 10h de pie detrás de una barra y vas por la 6ª hora. Tampoco le conviene sentir la ternura si la persona a la que amas no te corresponde y la tienes que ver aún por un tiempo, tampoco te conviene sentir la tristeza si tienes que emplear toda tu energía en una mudanza. Son ejemplos de cómo adaptativamente nos insensibilizamos.
Entonces mi propuesta es ser consciente de ella, no eliminarla, ya que en muchas ocasiones nos ayuda, pero sí en vacaciones, el fin de semana, en tu día a día durante varias veces…hemos de ser conscientes de nosotros mismos, de qué sentimos, pensamos, cuál es nuestra verdad, y si no la sé, la verdad es que no la sé ahora y la sabré más adelante. Es muy importante esto para sentir seguridad, confianza, calma y tranquilidad.
Oye Isa, pero es que cuando paro a escuchar lo único que escucho es la ansiedad.
No pasa nada, eso es que ya “has petado”, ahora tienes que recuperarte del cúmulo de estrés y miedos que te dejaste por gestionar antes, y en un tiempo todo irá mejor si te pones un poco blandita y le dices al cuerpo que no hay peligro ahora, pero para ello tienes que conectarte, eso sí, con esta sensación, dentro de ti misma/o.
¿Y cómo se hace esto? Pues bien, te dejo unos cuantos consejos de cómo cultivar tu propia sensibilidad y me cuentas después cómo te fue.
- A tu estilo, de la manera que sea mejor para ti, más fácil y asequible. Yo suelo hacerlo al levantarme y me equilibra ya para el resto del día, pero hay personas que les va bien, 10 minutos dos veces al día, otras que una hora antes de dormir, etc. ¡Encuentra la tuya! La meditación o atención plena implica enfocarse en el momento presente sin juzgar. Practicar mindfulness puede ayudarte a ser más consciente de tus pensamientos y emociones, lo cual es esencial para manejar la ansiedad.
- Escaneo corporal: Presta atención a las sensaciones en diferentes partes de tu cuerpo. Esto puede ayudarte a identificar y liberar la tensión.
- Conexión con tus emociones: Para y siente las emociones un momento. Desarrollar una mayor sensibilidad emocional significa estar en sintonía con lo que sientes y por qué lo sientes. Puedes escribirlas y así puedes identificarlas y posteriormente esclarecer un mapa emocional de tu semana-día-mes y conocerte mejor o sacar alguna conclusión.
- Practicar alguna disciplina psicofísica. Pueden ser técnicas de respiración, yoga, taichi, kung fu, capoeira, bailes o danzas que te gusten, danzacontact, movimiento auténtico…
- Aprender a relajarte. Hay veces que es suficiente con decidirlo, poner consciencia en ello y permitirse serenarse. Si no lo consigues…no pasa nada, pasamos a hacerlo de otra manera con ayuda.
- Respiración profunda: Estamos acostumbrados a respirar poco y constreñido. Esto nos impide sentir, claro. Practica técnicas de respiración profunda y lenta para calmar tu sistema nervioso.
- Autocuidado: En este epígrafe, aprovecha para sentir cada cosa que haces por y para ti misma/o.
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- Ejercicio regular: La actividad física puede ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad. Cada uno a su nivel, pero siempre que se note el trabajo físico.
- Dormir bien: Asegúrate de dormir lo suficiente y mantener un horario regular de sueño (despiertos por el día, dormidos de noche)
- Alimentación saludable: Comer bien influye de lleno en el estado de ánimo, infórmate, ve a un naturópata, a un nutricionista, aprende cómo sentirte mejor a través de la alimentación. Y lo más importante…mientras comes…¡saborea cada cucharada!!
- Paseítos: pasear tranquilamente por un lugar agradable y sin ningún objetivo específico es de las cosas más sanas que podemos hacer. Ya se habla de “descanso activo”. En el paseo podemos ir escuchando los pájaros, el viento en nuestro rostro, los colores, etc.
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- Desarrollar habilidades de afrontamiento siendo sensibles:
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- Planificación y organización: Mantén un calendario y organiza tus tareas para evitar sentirte abrumado y respetando tus descansos necesarios.
- Afrontamiento positivo: Desarrolla una mentalidad positiva y usa afirmaciones que te ayuden a contrarrestar pensamientos negativos.
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- Si no puedes sóla/o…para poder, buscar apoyo: No tienes que enfrentar la ansiedad sola. Ir a terapia cuando lo necesitamos es de los mejores regalos que te puedes hacer a ti misma.
- Limitar la exposición a factores estresantes: Identifica y limita la exposición a situaciones, personas o actividades que te causan ansiedad. Reduce el tiempo que pasas en redes sociales o viendo noticias.
- Cultivar la gratitud: ¿Por qué cosas te sientes agradecida en tu vida? Puedes ser consciente de esos aspectos y dedica unos minutos a sentir cómo te hace sentir. Practicar la gratitud puede cambiar tu enfoque hacia lo positivo en tu vida. Al implementar estas estrategias, puedes desarrollar una mayor sensibilidad hacia tus propios estados emocionales y, a su vez, manejar mejor la ansiedad.
- Muestra tu sensibilidad con dignidad a los demás: sosteniendo lo tuyo y bajo tu responsabilidad, puedes dejar ver aquellas partes blanditas de ti misma, las cosas que te afectan, tus dificultades, con toda la humildad que puedas, eso sí, siempre sabiendo ante quién lo haces (personas que no tiendan a juzgarte o tratarte mal).
En definitiva, mostrarnos sensibles no quiere decir ser débil, ser víctima o estar en peligro. Debemos tomar la responsabilidad de protegernos de las hostilidades de la vida de una manera sana y sin embargo permitirnos ser seres sintientes, seres que aman, que sienten dolor, que necesitan cariño, caricias, atención y compartirnos con los demás de una manera auténtica. Todo ello nos quita miedo, nos quita pensamientos intrusivos, y la lógica es…porque estamos en la verdad y aprendemos a sólo darle espacio en nosotros a lo que es verdad. La ansiedad suele ser un susto, una alerta que no siempre es real y necesaria así que agradecemos su intención para realizar lo que desea de una manera más plena y feliz.
¿Has escuchado hablar del niño/a interior? Para esto es necesario que trabajemos en ello. Próximamente…artículo sobre este tema.