¿Qué es la ansiedad? Según la Psicoterapia Integral
Según la terapia psicológica integral que utilizamos en Psinar, entendemos la ansiedad no sólo como un diagnóstico, un trastorno que curar, sino como un AVISO de que hay algo que en mí, en mi funcionamiento o en mi entorno no está ordenado, expresado, que estoy aguantando aspectos que no me sientan bien, y otras situaciones vitales estresantes que ya no puedo sostener más.
La ansiedad es un síndrome de tipo emocional, denota conflictos internos y emociones no expresadas o no permitidas o que incluso, no somos conscientes de que las tenemos, las guardamos en el inconsciente y llega un momento que nuestro organismo y nuestro sistema psicológico no puede contenerlas más y es entonces cuando salen de una manera explosiva, mediante ataques de pánico, activación del sistema nervioso simpático -responsable de los incómodos síntomas físicos de la ansiedad- , y es entonces cuando vemos necesario llamar al psicólogo o buscar un tratamiento para la ansiedad. También puede ocurrir ante situaciones de estrés acumulado, cuando es tan alto que la persona ya no puede gestionarlo. (Hablo de estrés emocional, físico, familiar, laboral, social, ambiental, etc.)
Lo importante en la ansiedad -y en cualquier trastorno psicológico- es descubrir qué había debajo, porque sin lugar a dudas, si estás en un proceso de ansiedad, es que tu cuerpo y tu sistema psicológico te están queriendo decir algo importante, necesario para que sanes aquellos aspectos de ti mismo que no te permiten vivir en la plenitud y el amor que realmente eres, quieres y mereces.
Casi todas las personas desean descubrir cómo calmar la ansiedad, pero lo cierto es que para realmente superar la ansiedad, hemos de traspasar el miedo, escuchar qué es lo que nos quiere decir en realidad, cuál es ese aviso que mi cuerpo me está queriendo decir a través de los síntomas de la ansiedad, tan incómodos e insostenibles.
¿Por qué se produce?
De pequeños aprendimos unos mecanismos de defensa para defendernos ante el mundo que nos sirvieron -y mucho-. Estos mecanismos fueron reforzados por nuestro entorno y nos adaptamos al mundo con estas herramientas.
Conforme vamos creciendo afianzamos esta manera de actuar así como una estructura de pensamiento y nos identificamos con ella, decimos «Yo soy así», «es mi personalidad», o simplemente actuamos de esa forma que se nos ha reforzado y no de otras. Viviendo al fin y al cabo condicionados por estos aprendizajes, que pueden tener un lado sano (por ejemplo, ser leal, ser ordenado, ser simpático en extremo puede ser una trampa)
¿Qué ocurre en algún momento de la vida? Inevitablemente la vida nos golpea con sucesos duros o desagradables, inevitables.
Llega un momento que los mecanismos de defensa que habíamos aprendido de pequeños, ahora ya no nos sirve, bien porque la situación nos supera o porque ya estos mecanismos nos hacen daño o no son eficaces. De repente no sabemos qué hacer, porque no tenemos ninguna seguridad. Se nos ha caído nuestro anclaje y no sabemos dónde agarrarnos.
Es entonces cuando aparece el momento de la crisis de angustia, el ataque de pánico, las sensaciones de estar desconectada/o, los síntomas físicos de la ansiedad, los pensamientos negativos, etc. Es en realidad la muerte de una parte de mi funcionamiento, por eso en la ansiedad muchas personas tienen la sensación de que «me voy a morir». El inconsciente sabe que hay una «muerte», es la «muerte» de aquella manera de ser que ya no te sirve, la «muerte» de aquellos mecanismos de defensa que ahora ya no necesitas. No te vas a morir, pero sí que va a haber una parte que cambia, y siempre que hay un cambio hay algo que soltamos, que muere, para dar paso a lo nuevo, a una nueva manera de actuar y de pensar.
Ejemplos de aquello que aprendí que ya no me sirve:
– Desvalorizarme, exigirme, juzgarme
– No expresar mis sentimientos
– Evitar emociones como: miedo, dolor, tristeza o rabia.
– Estar muy preocupado por la imagen externa o miedo a lo que piensen de mí
– Tener que estar siempre disponible para los demás independientemente de cómo me encuentre yo
– Tener una autoimagen de siempre fuerte y que puedo con todo
– Transformar emociones vulnerables en emociones de fuerza (por ejemplo, cuando siento miedo o dolor, me voy rápido al enfado)
– Dejarme vencer por los miedos
– No sentir la propia fuerza, por miedo a la propia agresividad, destructividad u otros factores emocionales
Para ello, en el momento de la crisis, hemos de pasar necesariamente por la angustia, la ansiedad y otras emociones o estados «indeseables».
¿Por qué es necesario vivir la ansiedad?
Porque lo hemos tapado durante muchos años. Es como el sótano que nunca se ha limpiado. Cuando entramos en él está lleno de polvo, suciedad y quizá insectos o ratas.
Ahora tenemos que aprender a limpiar el sótano poco a poco. Al principio puede parecer que es una tarea difícil y ardua, pero conforme vamos limpiando, recuperamos espacios donde construir algo nuevo; una nueva manera de ver el mundo, nuevas reacciones ante las mismas circunstancias o estímulos, con más amor hacia nosotros mismos y hacia los demás, con aceptación de lo que es, con más alegría, etc.
¿Cómo liberarnos de la ansiedad?
Yendo al conflicto emocional subyacente. Aquello que tu inconsciente, tu organismo y tu cuerpo está necesitando sacar afuera, expresar y sanar. Suele tener que ver con la herida infantil, para algunas personas más consciente, para otras no tanto, sobretodo para aquellos que han sentido una infancia feliz y no recuerdan ninguna situación traumática. Hay veces que se trata de una situación actual que nos está afectando en el fondo.
Si únicamente vamos a paliar los síntomas con fármacos por ejemplo, solo estaremos perpetuando el problema en el tiempo y llegará un momento en que recaerás del mismo modo, porque no has aprendido nada, por tanto la vida y tu cuerpo, tu sistema, te lo traerá de nuevo.
RESILIENCIA
En el caso de la ansiedad es la capacidad que tenemos de aprovechar esta crisis personal para sacarle partido. Surfear encima de la ola, ¿te da miedo? -lo normal es que sí- pero si no te montas encima de la ola, la ola te aplasta y te ahoga. Es maravilloso descubrir que somos libres y podemos elegir. Pero quizá solos no podemos, necesitamos estar acompañados en este proceso de aprendizaje ya que solos seguramente nos encontremos puertas cerradas, mecanismos autoboikoteadores -presos del miedo o de que simplemente no sabemos porque llevamos toda la vida haciendo lo mismo- y te frustrarás mucho.
Ejemplos de mecanismos aprendidos y fijados en la personalidad son:
- No llorar para «ser fuerte»
- No expresar los sentimientos para que no nos juzguen o se rían de mí
- No expresar los sentimientos porque de todas formas no me entienden o no le dan importancia a lo que siento porque «son tonterías de niños»
- Ser servicial siempre para todos (olvidándome de mi mismo/a)
- Ser siempre alegre, simpática y agradable con TODO el mundo (incluso cuando me agreden)
- Ser una persona muy exigente conmigo mismo/a
Estresores que facilitan la ansiedad pueden ser:
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- Externos -enfermedades, estrés laboral, situaciones familiares estresantes, ruptura de pareja, exceso de responsabilidades, etc.
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- Internos -ser una persona poco asertiva, no expresar mis sentimientos, exigirme demasiado, estar muy preocupado por la imagen que doy, un sistema de creencias basado en el miedo, interpretaciones de la realidad negativas o catastróficas-