Aceptar NO es…

 

Aceptar NO es «aguantarse» con lo que hay y punto, aceptar NO es tener una actitud positiva siempre, aceptar NO es sólo «llevarlo bien» y poner una sonrisa.
Es genial eso de tómatelo con humor y con actitud positiva, pero muchas veces no es real, sino que contenemos las emociones que hay en el fondo. Evidentemente, lo hacemos como podemos y lo mejor que sabemos, pero si has tenido recientemente un aborto, te han diagnosticado una enfermedad, estás en crisis personal, te has separado, ha fallecido un ser querido, etc. no es real que pongas una sonrisa y lo tomes con humor.

Aceptar es tomarte un tiempo para escuchar esas emociones, atenderlas y darles un espacio de expresión. Aceptar también es llorar, es pegar puñetazos sobre un cojín, aceptar también es quedarte el domingo entero triste sin ganas de hacer nada, porque es lo que te está pasando aquí y ahora. Y poniendo mucha conciencia en que TODO pasa, que TODO cambia, que nada es permanente, deja que esas emociones se vayan al cabo de un ratito, y pasas a hacer otra cosa, a recordar quién eres. Como si te cayera un chaparrón, te mojas, te limpias y luego poco a poco te secas y pasas a otro estado.

Aceptar es ser amable con lo que me está pasando de verdad. Aceptar es no pelearme con lo que necesito, con los cambios necesarios ahora, no pelearme con lo que siento, no juzgarme ni exigirme hacerlo más rápido o perfecto. Y aunque sepa qué necesito y qué es lo que toca ahora en mi vida, el hecho de permitirme las emociones que siento no quiere decir que lo esté haciendo mal, ni que de un paso atrás, al contrario, estoy limpiándome, permitiendo que mi cuerpo y mi ser completo integre los cambios, las situaciones duras, los aprendizajes y es así como crecemos realmente.

Al fin y al cabo…aceptar es amar… Amarte, a ti y a la vida. Amarse es dejarse SER, dejarse en paz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *