¿Monogamia? ¿Poligamia? ¿Relaciones abiertas? Son muchos términos que hoy en día están en el vocabulario social, hay mucha conversación en torno a esto y muchas nuevas opciones de relación, pienso que la sociedad va evolucionando y eso es algo natural y saludable. En estas reflexiones entre amigos, el auto-planteamiento de las relaciones abiertas, amar a más de una persona, etc. Es importante que no se nos olviden cuestionamientos más básicos e importantes que tienen que ver con la esencia, con el amor, con la salud y el desarrollo personal a nivel del corazón, incluso a nivel espiritual. Preguntas como ¿Cuánta capacidad tienes para amarte a ti misma/o? ¿Te valoras realmente? ¿Cuánta capacidad tienes para tener intimidad con una persona? ¿Cuál es tu dificultad con el compromiso? ¿Cómo de disponible estás en este momento de tu vida?
He ayudado a muchas personas en terapia con serios problemas para sostener la intimidad y el contacto real, la mirada, porque quizá aprendieron que quedarse en intimidad con alguien era algo peligroso, o que no han aprendido a quererse incondicionalmente, que no han experimentado tener un apego seguro, que no han trabajado aún sus condicionamientos, los aprendizajes antiguos, esos que desde pequeños nos han ido marcando y sí, por supuesto, también para la forma en la que nos relacionamos en pareja, desde el extremo de la dependencia emocional hasta el desapego patológico. Por tanto, creo que es interesante esta nueva manera de ver la sexualidad y las relaciones pero es muy importante que, independientemente de este tema de monogamia y poligamia, mires cuánta capacidad de compromiso, apego, cuidado mutuo y autocuidado, presencia, intimidad y amor eres capaz de sostener.
Porque muchas veces tendemos a pensar que «lo bueno» lo quiere todo el mundo y lo desagradable no. Pero no sabemos que en nuestro inconsciente están inmersos un conjunto de miedos y condicionamientos aprendidos desde la infancia, y es ahí donde hemos de poner el foco para ser realmente LIBRES, porque mientras exista opresión y condicionamiento interno, vas a pelearte con el mundo para ser libre, cuando en realidad, una vez que eres adulta, el rol opresor y el liberador están dentro de ti. Eso sí, es necesario un trabajo de conciencia y trabajo personal lleno de honestidad, cariño y valentía. Algunos recursos de autoconocimiento que usamos en terapia son revisar el estilo de apego, quizá tu carácter del eneagrama, qué mecanismos de defensa utilizas y qué funciones inconscientes tienen, revisar tu historia, sanar algunas heridas aún abiertas, aprender nuevos recursos de gestión emocional. Es entonces cuando una relación sana se puede dar (sea monógama, polígama o como sea) porque vas a estar conectada contigo misma, con tu fuerza y con tu verdad.
Como siempre digo, aparquemos los conceptos un rato y vayamos al corazón, al amor, a la esencia, a la intimidad, a la sexualidad de calidad, vayamos a los vínculos sanos, llenos de comunicación y respeto, sin luchas de ego ni de poder, con empatía, escucha, mirada y presencia. Es ahí donde está la verdadera fuerza y la verdadera revolución. Mientras haya guerra dentro de nosotros mismos, habrá guerras fuera, en el mundo. Lo que es a nivel micro, es a nivel macro.
Si estoy triste y me cabreo por estar triste, o porque estoy más gordita, me estoy tratando con lucha o con hostilidad, como ocurre fuera, y al fin y al cabo es también una guerra interna de no aceptación. Es un valor cuando enfoco lo que me falta o en lo que fallo, cuando lo miro desde el amor, para mejorar, no para criticar ni machacar mi «defecto» o el de la persona que tengo enfrente, ni compararnos.
Aún no existe mucha investigación social al respecto de las relaciones poliamorosas. Por lo que voy viendo y acompañando a personas, veo que es imprescindible poder discernir bien lo que sentimos, en cualquier tipo de relación. Si no has trabajado tu estilo de apego aprendido en la infancia puedes justificar determinados modos neuróticos con algo sano que se le parezca, por ejemplo, si tu estilo de apego es evitativo, con miedo a la intimidad, vas a sentirte cómodo/a en relaciones sin compromiso y yendo para allá y para acá buscando sólo lo bonito porque tu dificultad está en la intimidad, quedarte, cuidar, estar en los momentos malos, sostener el dolor o las dificultades etc.
Otro ejemplo, si tienes un estilo de apego ansioso, más dependiente, por ejemplo, puedes aceptar una propuesta de poliamor que en realidad no te sienta bien por miedo (disfrazado de…por amor…o porque te quiero), olvidándote de ti misma y al final, batacazo también. O por el contrario, cerrarte al matrimonio cuando en el fondo tienes otras inquietudes.
El último estilo de apego investigado, el apego aislado, quizá menos comprendido, también puede justificar con cualquiera de las opciones actuales la mentira de «no necesito nada de nadie». (Hay más estilos de apego, estos eran sólo ejemplos).
En cualquier caso, repito, que cuando hablo de justificaciones hablo de EGO, y que el ego puede coger el lenguaje de la terapia y del mundo espiritual y montar una máscara como un edificio de grande. El ego coge lo que sea para adaptarse, es como Terminator 3, lo desintegras y se vuelve a integrar de nuevo, con los trozos que quedan, hay que estar muy atentos!! Porque el ego no se va, siempre tenemos la máscara puesta en una infinidad de formas. Una manera de tratarnos con amor es ver cómo son estas formas que adopta nuestro sistema de defensa psicológico, para no identificarnos con ellas sino con lo que somos en esencia.
Esta es mi visión como psicoterapeuta. Trabajo por la salud y la libertad a nivel interno, por eso quizá tengo esta visión menos filosófica o de conceptos, sino más centrada en el amor esencial. Por supuesto que todos tenemos una capacidad infinita de amar a muchas personas, sólo tenemos que buscar dentro de nosotros, para que sea un verdadero amor y no miedo o conceptos desconectados del corazón, ya sean en el modo moderno o en el clásico de toda la vida.
Tengo la experiencia de haber acompañado a muchas personas en relaciones monógamas se llevan toda la vida sin haber trabajado estos aspectos y bueno, sufriendo o pegándose unos batacazos enormes. Lo que ocurre es que aún no sabemos en la opción del poliamor cómo será esto de no trabajarse uno mismo… mi hipótesis como terapeuta, es que igualmente, somos personas y ocurrirá lo mismo, que sin el trabajo personal de conciencia, el ego se apodera de ti, y de una forma o de otra, adoptará la forma que sea coherente con el condicionamiento que tengas. Puedes usar los conceptos de la monogamia y poligamia para justificar tu estilo de apego y hacerte una manera propia sin trabajarte los vínculos sanos, la empatía y la comunicación verdadera (sin sincericidios , por favor) cosa que finalmente sería bastante neurótica. Lo importante es que, te sientas como te sientas, elijas el estilo de relaciones que elijas, que sea desde tu trabajo interior, desde tu libertad y tu amor verdaderos, trabajando tus miedos reales más profundos en las relaciones, revisando tus figuras parentales, etc.
De sobra es sabido que lo contrario del AMOR no es el odio sino el MIEDO.
Lo que quiero transmitir en este artículo es que lo importante es trabajar nuestra capacidad de amar de verdad, de vincularnos sanamente, desde nuestra esencia y crear relaciones sanas, nutritivas, comprometidamente libres, la compasión, la conciencia y el amor.
Es muy importante en este momento de auge de nuevos estilos de relación, estar muy conectada con nuestra verdad, con cómo te sientes ahora, ser honestas en este momento, contigo misma, ser amable y sobretodo comunicar a la compañera cuál es tu idea de relación y ahora más que nunca, son necesarios los contratos. Antes nadie se planteaba nada porque había un único modelo, pero ahora es necesario posicionarse ante la otra persona (al menos, en el momento actual) en lo que sabemos ya que nos sienta bien o necesitamos. Los contratos pueden ir por escrito o bien con un estrechamiento de manos y un brindis con una sonrisa, siendo siempre revisable más adelante. Esta es la clave de la salud relacional en este momento tan bonito de cambios y diferencias, al fin y al cabo… lo importante es ENCONTRAR EL VERDADERO ENCUENTRO.
Lo que realmente nos nutre es la intimidad, el contacto real persona-persona
Doy infinitas gracias a todas esas personas que me abren su corazón y confían en mí, porque me enseñan muchísimo y me permiten desarrollar mi capacidad de amar cada día un poquito más.